Bio
Israel André Ávila White
De padre mexicano y madre estadounidense, nací en el Estado de México, México, en 1982. Salvo breves periodos en que viví en Estados Unidos y Michoacán, México, he pasado toda mi vida en la Ciudad de México. Desde niño, me incentivaron en casa el gusto por el dibujo, arte y la ciencia. Mi infancia y adolescencia caminaron siempre acompañadas de materiales para dibujo, pintura y música, disciplinas que abracé en mayor o menor medida a lo largo de este primer par de décadas de vida.
Esta fluctuación entre distintas actividades estéticas terminaron por definir lo que lo que estudiaría en la universidad. Diseño y Comunicación Visual fue la carrera en la que confluían el diseño, las artes visuales, el video, la música y la fotografía; materias que me interesaban explorar para desarrollar de manera formal mis intereses previos. Así ingresé a la Universidad Nacional Autónoma de México (2001-2004).
Una comprensión más profunda del arte, la comunicación, la semiótica, la imagen, entre otras aproximaciones teóricas, me permitieron ampliar el entendimiento y me dieron acceso a un sin número de posibilidades expresivas y comunicativas que comencé a plasmar en los distintos proyectos académicos y laborales posteriores.
Fue durante mis primeros empleos como diseñador cuando enfrenté el desencanto por la forma en que se daba el flujo de trabajo en una oficina y por el poco interés que existía en el “mercado” por un diseño metódico y cuidado que echara mano de todo lo que yo había aprendido en la carrera.
El arte se había mantenido (ese tiempo) como una posibilidad velada, pero cada vez más como un gusto que crecía en cada visita a un museo y en cada esfuerzo de hacer un diseño más eficaz y atractivo. Fue a los 25 años que decidí dar un vuelco en mi plan de vida pues, hasta entonces, tenía como meta tener mi propio despacho de diseño. Entonces, me incliné hacia la creación en las artes plásticas. Mi formación como diseñador me daba los conocimientos teóricos suficientes, pero en la tánica pictórica, presentaba muchas carencias.

En el 2008 ingresé a los talleres de pintura y dibujo de figura humana en la Academia de San Carlos (UNAM) en donde tuve mi primer contacto con la técnica y el estudio pictórico, y en donde también conocí a muchas de las personas, que en adelante, marcarían mi formación artística. Ahí pinté mi primer cuadro original (Mujer en sillón, de estilo cubista) y, tras dos años en la academia, concluí mi estancia en esta. Continué mi producción pictórica fuera de todo instituto de arte por cerca de 8 años, a lo largo de los cuales realicé obras de carácter cubista, surrealista y expresionista con continuas referencias a piezas de arte clásico como en la Virgen con niño o La Piedad. Durante este periodo dediqué mucha energía a estudiar historia y teoría del arte, también, tuve la oportunidad de conocer importantes museos en mi país y en Europa, además de profundizar en la pintura y vida de decenas de maestros del arte.
En el 2011 alcancé mis primeros logros en la pintura, fui seleccionado finalista en el concurso del “Club de arte” del peródico Reforma (uno de los más importantes de México) con la pieza La Malabarista, y realicé mi primer par de exposiciones individuales en foros culturales de la ciudad. Asimismo, hice mis primeras ventas de obra y pude dedicar tiempo a escribir mis primeros textos relativos al estudio del arte.
En el 2016 ingresé a estudiar en el Foro Cultural Goya en donde pude hacer los que, hasta la fecha, son mis estudios de técnica pictórica más ricos y avanzados. Desde entonces y hasta ahora, he refinado mi trabajo con el óleo, y he explorado otros materiales, lo que me ha permitido ser capaz de plasmar con mayor efectividad lo aprendido en los 15 años anteriores.
Entre mis principales influencias hasta el 2018 se encuentran Vermeer, Francis Bacon, Picasso, Dalí, Braque, El Greco, Lucian Freud, Goya, Rembrandt, Magritte, y artistas más contemporaneos como George Condo, Cecily Brown, Peter Doing, Albert Oehlen o Neo Rauch. Pretendo seguir nutriéndome de las artes de todas las épocas y todas las regiones hasta alcanzar mi gran objetivo: realizar una pintura suficientemente interesante y valiosa como para que siga adelante cuando yo ya no esté.
